(ANÁLISIS)
Una
impresionante Hemeroteca con noticias tergiversadas, tendenciosas o
simplemente falsificadas, que tiene hasta un hueco, vienen creando en
Venezuela las corporaciones privadas de comunicación desde 1999 hasta la
fecha / Periódicos que antes tenían credibilidad, ahora convertidos en
panfletos propagandísticos, que ya no valen nada como documento
periodístico porque han faltado a la verdad, con la sola excepción de
que sirven hoy y para la historia, como prueba o cuerpo del delito
comunicacional en que están incursos sus dueños en complicidad con
muchos de sus periodistas
En
abril de 2002, en plena efervescencia del golpe mediático-militar del
11-A, un gobernador en funciones anunció al mundo que clausuraría el Canal 8, la televisora del Estado, Venezolana de Televisión (VTV).
En ese mismo instante se hizo evidente y pública la participación de
los medios privados de comunicación en una aventura fascista que manchó
para siempre al periodismo venezolano, arrastrando con ello la
credibilidad de esas empresas.
“Esa
basura, ¡así mismo! que se llama el Canal 8, vamos a sacarla fuera del
aire, va fuera del aire...Esa es la advertencia que les digo, porque
aquí no nos estamos chupando el dedo ni somos ningunos pendejos (...) el
Canal 8 va en las próximas horas fuera del aire...” dijo
públicamente este gobernador, desde un estudio de televisión de un canal
privado, frente a sus cámaras y acompañado de un periodista, durante
una tarde de confusión y planificada desinformación.
Pero ese hecho antidemocrático de
Enrique Mendoza, entonces primera autoridad del estado Miranda, y hoy “diputado” de oposición en la Asamblea Nacional (AN),
impune y libre pese al delito cometido,
era apenas la primera consecuencia de una cadena de mentiras solapadas o
encubiertas contra el Gobierno Bolivariano, que estaban siendo
publicadas y transmitidas por los dueños de empresas de comunicación
desde al menos 3 años antes. Aunque explotó el 11 de abril de 2002, en
la boca del fascista mandatario copeyano, fue parte del desarrollo de
una conspiración avalada -o en la que participaron- todos los sectores
de oposición que se autodenominan "democráticos".
Desde
entonces, la “gran prensa” desencadenó una abierta conspiración
mediática sin precedentes, que ha quedado registrada en una hemeroteca
muy particular de la historia nacional, para vergüenza del periodismo
que se hace en Venezuela. Incluso, las empresas privadas de
comunicación, en su gran mayoría, dejaron de publicar voluntaria y
sorpresivamente, para evitar que las generaciones futuras pudieran
enterarse del inédito retorno del Presidente Chávez al poder legítimo, y
la gesta histórica y también inédita del pueblo venezolano derrotando a
una dictadura y rescatando de la muerte al jefe de Estado.
El Cuerpo del Delito:


Paradójicamente,
esta hemeroteca que refleja falsedades, pues no sirve de mucho como
documento periodístico y fiel de lo que realmente ocurrió en esas
fechas, se erige como la prueba pública y comunicacional de quienes
estuvieron involucrados en el golpe, cuando el 13A publicaron junto a
las mentiras sobre lo sucedido, la confesión personal y testimonial de
lo que dijo o hizo cada uno de los dirigentes de oposición y periodistas
afines, sin la máscara de la hipocresía, por cuanto se creyeron dueños
de la situación, tras derrocar a un gobierno democrático legítimo.
Peor
aún, luego que se daban zancadillas para repartirse el poder y tras la
caída de la dictadura, hasta se atrevieron a publicar la “crónica”
de cómo fue la traición entre ellos, paso a paso, con fechas, lugares,
nombres y apellidos, en su propia versión hemerográfica.

Una
excelente muestra de esta hemerografía vergonzosa que ha servido como
prueba de sus delitos, fue compilada por la Defensoría del Pueblo, en el
libro titulado
LOS DOCUMENTOS DEL GOLPE, donde se aprecian las planas y titulares de casi todos los diarios nacionales, especialmente de
EL NACIONAL y
EL UNIVERSAL,
con las que desnudaron sus verdaderos intereses políticos y económicos,
y se convirtieron en panfletos de la mentira durante esas fechas
históricas.
Triste contribución de
unos medios privados de comunicación que engañaron y siguen engañando a
sus usuarios, y permitieron la contaminación de una valiosa hemeroteca
periodística que era referencia en el siglo XX, colección que se fue
construyendo a lo largo de esos cien años bajo una férrea censura.
Especialmente durante los últimos 40 años, cuando la “democracia
representativa” mantenía a raya a los periodistas con todo tipo de
amenazas y represión. Y eso ocurrió en los Gobiernos de la Cuarta
República cuyos herederos son -en su mayoría- los “líderes opositores”
de hoy, esos que aún continúan queriendo volver a ponerle las manos al
país.
¿Qué es una hemeroteca?:
La
hemeroteca es el lugar donde, a través de la conservación de la prensa
diaria y otras fuentes documentales, reside la memoria diaria de un
pueblo. El término proviene de dos palabras griegas Hemera (Dia) y Theke
(caja o depósito); es en definitiva el lugar físico para almacenar las
publicaciones diarias o periódicas que llegan a un lugar específico,
tradicionalmente a Bibliotecas. Pero el concepto actualmente va más
allá, debido a los avances de las Tecnologías de la Información, por lo
cual la tradicional hemeroteca periodística incluye ahora espacios
digitales donde se conservan toda clase de documentos no necesariamente
físicos, como ha ocurrido con el papel periódico.

Aunque son conceptos vinculados, no conviene confundirlos: El
documento es el soporte de la fuente. Se habla de documentos escritos, documentos sonoros, documentos cinematográficos.
Para
una investigación periodística, la Hemeroteca es una fuente documental
por excelencia, pero no es la única ya que las fuentes se encuentran,
según su carácter y naturaleza, en distintos organismos dedicados a la
labor de concentrar ordenadamente los materiales y ponerlos a la
disposición del público como sistema de información: archivos
históricos; bibliográficas; videográficas, filmotecas o videotecas;
audiográficas, fonotecas o discotecas, hemerográficas e iconográficas o
museográficas.

La
investigación documental está enlazada con la investigación científica.
El tratamiento de las fuentes documentales, si pretende ser científico,
tiene que partir de una crítica de las fuentes, es decir, del juicio
que el investigador (periodista o historiador, por ejemplo) deben de
hacer sobre su sinceridad y correspondencia con la realidad.
Porque
la historia no se reproduce sólo mediante libros de historia, sino a
través de los registros diarios de la prensa, o lo que llama Noam
Chomsky “aparatos de producción del consumo ideológico dominante”.
De
ahí que la historia escrita suele ser la historia desde el punto de
vista del que la escribe. Y la hegemonía que existe en la memoria
histórica en el mundo corresponde, precisamente, al enorme poder que hoy
ostentan empresarios de la comunicación asociados a la derecha
política.
La noticia como elemento de verdad
La
hemeroteca tiene como objetivo adquirir, reunir, conservar, ordenar,
mantener y circular los periódicos y revistas de la localidad a la que
sirve, cuya consulta puede ser apasionante, pues leyendo las
publicaciones periódicas de fechas pasadas nos enteramos de cómo se
comunicaron los hechos en el momento de ser noticia.
Las
noticias informan lo que pasa en el país y en todo el mundo; se
encabezan con un título atractivo que invite a leerlas. La noticia más
interesante se pone en la primera página del periódico, con letras de
gran tamaño y en pocas palabras, para atraer la atención de las
personas. Todo esto con un contenido veraz, que se ajusta a los hechos,
lo cual garantiza preservar la credibilidad del medio que publica.
De
esta manera, la vieja hemeroteca venezolana del siglo XX es una fuente
creíble, especialmente la de los últimos 50 años de la pasada centuria, a
pesar de la fuerte represión estatal y censura oficial que existía
entonces por parte de los Gobiernos de la Cuarta República, y en
especial de la etapa conocida como "democracia representativa":
La
noticia es considerada como el género típico del periodismo. Es un
relato conciso y objetivo sobre un hecho novedoso, actual y
trascendente, que afecta a una comunidad y que el lector desea conocer.
Es la descripción lo más honesta posible de hechos verdaderos, que no
puede ser mezclada con opiniones del que escribe, a menos que lo deje
establecido claramente al lector. Por eso las condiciones que debe
tener una noticia periodística son: VERACIDAD, EXACTITUD, CLARIDAD E
IMPARCIALIDAD.
Parte II
Medios que no rectifican
El
13 de abril de 2002, en Venezuela, luego de que el pueblo enfrentó este
golpe mediático-militar y lo venció, el Presidente Chávez pidió
reflexión a los medios de comunicación a quienes reiteró nuevamente la
necesidad de decir la verdad. A diferencia de los gobiernos
“democráticos” puntofijistas que perseguían y reprimían a los
movimientos alzados, el Comandante prácticamente les perdonó su aventura
fascista y les tendió la mano.
Este
noble gesto no fue reconocido. En su lugar los dueños de estas empresas
privadas se envalentonaron y se manifestaron abiertamente en su contra.
Se autobautizaron como medios de comunicación opositores y continuaron
actuando en consecuencia, publicando mentiras sin ningún disimulo,
despreciando a los lectores y pisoteando su derecho a la información
veraz y oportuna.
Para
colmo de males, hoy los dueños de medios privados y algunos
“reconocidos” periodistas continúan violando, descaradamente, la figura
constitucional de la información veraz, garantizada por la Constitución
Bolivariana, que fue votada por la gran mayoría de los venezolanos en
elecciones inéditas, universales y reconocidas por el mundo.
Artículo 58. La
comunicación es libre y plural, y comporta los deberes y
responsabilidades que indique la ley. Toda persona tiene derecho a la
información oportuna, veraz e imparcial, sin censura, de acuerdo con los
principios de esta Constitución, así como a la réplica y rectificación cuando se vea afectada directamente por informaciones inexactas o agraviantes. Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a recibir información adecuada para su desarrollo integral.

Y
mientras acusan que en Venezuela no hay Libertad de Expresión, publican
y gritan -sin censura alguna- cualquier cosa contra la
institucionalidad y el Gobierno Nacional, al tiempo que continúan
violando la Constitución al publicar informaciones inexactas,
tergiversadas o, simplemente, mentiras descaradas, difundiéndolas como
propaganda de guerra, promoviendo intolerancia social e incitando al
odio.
Artículo 57.
Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, sus
ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra
forma de expresión, y de hacer uso para ello de cualquier medio de
comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura. Quien haga uso de este derecho asume plena responsabilidad por todo lo expresado.
No se permite el anonimato, ni la propaganda de guerra, ni los mensajes
discriminatorios, ni los que promuevan la intolerancia religiosa.
Complicidad en la Masacre:
Quizás la peor evidencia de la violación sistemática de este derecho constitucional se registró con la
Masacre de Puente Llaguno, el 11A, cuando un periodista, Luis Manuel Sáinz, desde un estudio de la televisora privada
Venevisión, presentó un
video grabado por otro de sus colegas de planta, Luis Alfonso Fernández,
con imágenes que fueron manipuladas, convenientemente editadas y
transmitidas intencionalmente por la empresa de comunicación televisiva.
Sáinz aseguraba -a través de una transmisión pública- que "afectos al
gobierno" disparaban contra los "indefensos marchistas de la oposición".
Alfonso
Fernández debió confesar posteriormente, durante un proceso judicial
donde se comprobó la participación de policías que fueron condenados por
algunas de las muertes de ese día, que "nunca tuvo visual" para saber
quiénes intercambiaban tiros, debido a que la perspectiva de su cámara
no lo permitía, y echó al pajón al otro, cuando afirmó que nunca supo
por qué Sáinz decía lo que dijo, puesto que su colega nunca estuvo
presente en el sitio ni tenía manera de saber contra quienes disparaban.
La parte acusadora en el juicio, demostró que Venevisión montó un "Fraude Periodístico",
mientras los periodistas de esa empresa y de otros canales que sabían
la realidad, callaban y ocultaban la información real que merecían los
venezolanos.
Esta
farsa comunicacional, que precipitó el derrocamiento del Gobierno
Bolivariano gracias a técnicas de engaño audiovisual, fue replicada como
hecho cierto por el resto de medios radioeléctricos privados y por la
prensa escrita en general. Posteriormente, las confesiones de dos
periodistas, Otto Neustald (entonces corresponsal de CNN) y su esposa,
Gladys Rodríguez (quien sigue trabajando en Globovisión)
revelarían públicamente -sin proponérselo- los escabrosos detalles de una conspiración que asesinó a venezolanos en las calles
para desencadenar el golpe de Estado, cuyos planificadores
intelectuales y otros autores materiales, aún se mantienen en la
completa impunidad.
Parte III
La mancha se riega:
Una vez cerrada Venezolana de Televisión (VTV),
ese 11 de abril de 2002, la “gran prensa” nacional con los poderosos
medios privados a la vanguardia, comenzaron a mostrar los dientes de un
fascismo mediático que usó al periodismo como punta de lanza.
El
hecho de la clausura fue catalogada por la prensa nacional como un
simple “cierre temporal”. Para ilustrarlo, basta un ejemplo con
fragmentos tomados de El Universal en su versión digital:
“
Caracas,
sábado 13 de abril, 2002. La estación televisora del Estado, VTV, se
encuentra cerrada en un compás de espera. Fuera del aire desde la
turbulenta noche del 11 de abril, la planta televisiva del Estado se
halla a la espera de su reapertura y transformación en un canal al
servicio de los intereses del pueblo venezolano”.
“...y VTV es un canal que en estos momentos se halla temporal mente cerrado dentro de un marco muy particular en una nación en transición.”
Y en una rápida revisión de lo que se escribió sobre el tema en la página WEB de Globovisión, apenas el hecho se hace referencia con un lacónico “...Antes de que saliera del aire...” Extracto de Globovisión: “...Antes de que saliera del aire, en el canal estatal aparecieron diputados y ministros afectos al gobierno que se mantienen en el Palacio de Gobierno con el presidente Chávez. Dicen que...”.
Hay que recordar cómo la televisora
Globovisión hizo una ”breve visita” al
Canal 8 (
VTV) acompañando a los cuerpos armados que invadieron y cerraron la planta televisora, y desde allí
el reportero Pedro Luis Flores
afirmó que las instalaciones habían sido “abandonadas” por los trabajadores,
a quienes calificó en forma despectiva, haciendo un símil con la huída
de las ratas cuando el barco se hundía. Nada dijo sobre la
“advertencia”
de Mendoza ni la presencia de efectivos policiales de Miranda, en lo
que fue un claro intento por reforzar la idea de que la televisora del
Estado había quedado fuera del aire por su propio personal, que lo
“abandonó” a su suerte.
Al
día siguiente, los titulares de la gran prensa nacional amanecieron
dando la noticia de la jornada previa, sin ofrecer ningún tipo de
cuestionamiento, ninguna referencia al golpe de Estado que se había
fraguado y ejecutado, mucho menos informando el cierre forzado del Canal
8 y otros medios alternativos.
Las
primeras planas de los diarios impresos, incluyendo diarios
“deportivos”, mostraron titulares a grandes columnas, celebrando la
caída del Gobierno y publicando artículos “noticiosos” que eran en
realidad editoriales, en muchos casos simples opiniones interesadas, y
muchas veces mentiras propagandísticas, abiertas y descaradas.
La
tenaz resistencia protagonizada por el entonces presidente del canal,
Jesús "Chucho" Romero Anselmi, logró junto a grupos de trabajadores que
colaboraron desinteresadamente, recuperar la señal el 13 de abril,
logrando que la verdad resplandeciera en ese oscuro período de la
historia nacional.
Los “valientes” periodistas y su caza de brujas:
Pero el 11 y 12 de abril, mientras
VTV
aún estaba cerrada y ocupada por los agentes armados de Enrique
Mendoza, los “periodistas” de medios privados incitaban a perseguir a
funcionarios y simpatizantes del gobierno derrocado. Se exaltó a las
“nuevas” autoridades nacionales sin cuestionar su legitimidad; se dio
cobertura sensacionalista y hasta amarillista a los arrestos ilegales,
arbitrarios y masivos,
con presencia de alcaldes opositores haciendo de policías y violando descaradamente las leyes,
en especial el derecho internacional con el acoso inédito a una
embajada extranjera en Venezuela -por turbas violentas que cortaron
suministros básicos de agua y electricidad y amenazaban con
linchamientos-
y un alcalde exigiendo revisar la sede diplomática para evitar asilados. Era el fascismo puro transmitido en vivo y directo por la TV.
A
diferencia de unos días antes, cuando se magnificaba a la “sociedad
civil”; en los días que duró la dictadura, 11 y 12 de abril, la protesta
popular fue criminalizada, apaleada y perseguida, justificada por los
medios radioeléctricos privados que avalaban tales desmanes, y
calificando la represión como 'control de disturbios'. La señal del Canal 8 seguía cerrada y silenciada, y con ella la verdad de lo que ocurría.
El
particular acto, además, incluyó la desaparición del cuadro de Simón
Bolívar del Salón Ayacucho en Miraflores, y el respaldo público a un
decreto espúreo que sepultó en la historia a sus firmantes.
Peor evidencia de esta situación lo plasmó el Diario El Nacional en su editorial del sábado 13 de abril de 2002, que registró para su desdicha lo siguiente:
"Ha
hecho bien el nuevo presidente Pedro Carmona Estanga en prescindir, de
un plumazo, de estos esperpentos institucionales, devaluados ética y moralmente
por la escasa gallardía con que sus representantes ejercieron el cargo.
Mención especial merece el fiscal, quien horas antes de caer Chávez, ya
se proponía ante las cámaras de la televisión como su posible
sucesor''.
Si unos días antes de
este golpe de Estado sin precedente, el periodista de los medios
privados se promocionaba como un “héroe”, que supuestamente arriesgaba
su vida en la calle para buscar y transmitir “la verdad”, lo que pasó
luego de esos dos días de gobierno de facto y mediático desmentiría
literalmente esa mentira propagandística.
Apagón informativo y el 'Hueco Hemerográfico':
El
13 de abril, cuando la mayoría del pueblo salía a la calle a protestar
contra la dictadura, enfrentando represión y muerte del "gobierno"
usurpador de Carmona Estanga, el periodismo venezolano registró otra
vergüenza con el llamado “apagón informativo”. Nada de la realidad que
acontecía era transmitido por los medios y la prensa nacional. Los
medios radioeléctricos dedicaban su programación a comiquitas y avances
“informativos”, señalando que todo estaba en calma y solo había algunos
“focos” de inadaptados que provocaban “disturbios”.
Curiosamente,
estas abiertas mentiras de unos medios de comunicación implicados con
la dictadura, despertaron la conciencia de un pueblo silenciado por la
gran prensa privada.
RCTV, Globovisión y Venevisión
se negaban a transmitir bajo la protesta de los venezolanos agolpados
al frente de sus sedes, que exigían hablar a través de sus pantallas.
Cuando finalmente accedieron, transmitieron imágenes sin audio, con un
cintillo escrito donde “advertían” que lo hacían obligados por los
“círculos violentos”. La gente, al verse engañada, explotó indignada y
estas televisoras privadas debieron respetar, finalmente, el derecho a
la libre expresión.
Si
una semana antes los "periodistas" de esas empresas mediáticas
“arriesgaban sus vidas” temerariamente, ahora se escondían en cualquier
hueco huyendo de la indignación popular, mintiendo al justificar su
cobardía, diciendo que no podían cubrir nada de lo que pasaba afuera
porque estaba peligrando su “seguridad”, ante la exigencia de los
venezolanos para que dijeran la verdad sobre el secuestro del
Presidente.
Quedó para la historia la declaración de un periodista de una de estas empresas televisoras, quien visiblemente acobardado grabó un “avance” justificando su miedo.

Con
la misma excusa, medios impresos nacionales, periódicos que durante el
siglo XX eran referencia periodística, anunciaron que fueron “impedidos”
de publicar sus ediciones del domingo 14. La mentira, sin embargo, se
hizo evidente cuando aparecieron copias de algunas primeras planas, que
pudieron ser rescatadas de la destrucción de los ejemplares, ordenada
por sus propios editores.
De esta manera y con la sola excepción de dos diarios de circulación nacional,
en la hemeroteca de los días 14 y 15 de abril, cuando debía registrarse
en los anales del periodismo venezolano el histórico retorno a
Miraflores del Presidente Chávez, esas primeras planas no existen, por
cuanto los diarios decidieron violar el derecho a la información de los
venezolanos, simplemente dejando de circular ese día y destruyendo la
edición que nunca distribuyeron.
Uno
de los que sí circuló, reflejó un titular ambigüo, como si el
mandatario cuyo gobierno fue derrocado, hubiera regresado de unas
vacaciones. De esta manera, se escamoteó el registro de la gesta
histórica, inédita y popular de los venezolanos en esa fecha imborrable,
en la que se restituyó la democracia y se acabó con las pretensiones de
una dictadura mediática, impulsada por dueños de corporaciones
burguesas y seudoperiodistas tarifados.
Este
'hueco hemerográfico' provocado por la “Gran Prensa Nacional”, es casi
del mismo tamaño que la mancha con la que ensuciaron al periodismo
venezolano.
Pero esta mancha
continúan agrandándola los dueños de ciertos medios privados y sus
periodistas, desde el mismo momento en que irrespetaron el pedido de
trabajar con honestidad que hizo el Presidente Chávez, cuando mostró la
cruz de la redención de Jesucristo, tras retomar el Poder legítimo. El
Presidente ofreció la mano del Gobierno Bolivariano y rompió así con la
tradición de los mandatarios de la Cuarta República, que acababan
cualquier intentona con plomo y sangre, persecución, censura y terror.
Un presidente derrocado por los medios que retornaba al poder les dio la
mano a los golpistas y éstos le destrozaron el brazo.
Parte IV
(Des) Informar en negativo:
Hechos
que son positivos por su naturaleza, son presentados como malas
noticias con un simple titular tendencioso o negativo, intentando por
medio de giros lingüísticos o juego de palabras, tanto en el título como
en el sumario, convencer al lector que la obra perjudica de alguna
manera al colectivo, o se gasta mucho en ella, o se tarda demasiado en
su construcción o no vale la pena. Así, para la gran prensa, nada de lo
que haga el Gobierno nacional es bueno.
En
otro ejemplo ilustrativo de esta manipulación de titulares, la
construcción de una obra pública como unas aceras representan “espacios
para los peatones” si es construida en Chacao, donde gobierna un alcalde
opositor; pero si se trata de la recuperación integral del extenso
bulevar de Sabana Grande, la iniciativa de instituciones del Gobierno
Nacional y de la Alcaldía Bolivariana de Caracas, genera “incertidumbre”
entre los comerciantes:
Y
los problemas de cualquier índole que se presenten en Venezuela, serán
causados por motivos ajenos a las autoridades cuando ocurran en estados
gobernados por opositores, pero en las entidades bolivarianas es culpa
del Gobierno:
Un caso particular:
Para
proteger a sus partidarios políticos, o incluso familiares en puestos
relevantes, los medios titulan convenientemente, para que el público se
entere de algún suceso pero sin responsabilizar a los verdaderos
culpables:
Los juegos de palabras también pueden ser publicados como titulares, para provocar doble lectura o ser 'mal interpretados':
A 10 años del golpe que impulsaron, estos periódicos
siguen mintiendo a través de sus titulares, en forma abierta o encubierta,
tomando partido a favor de enemigos externos para dañar la imagen del
país, no reconocer avances en la economía nacional o torpedearla con la
intención de producir algún tipo de colapso, haciendo apología del
delito y burlándose de sus usuarios, todo de una sola pedrada.
Ejemplos abundan:
Y
en el colmo de su irresponsabilidad, los empresarios mediáticos piden
total libertad de expresión para sus empresas, pero exigen que los demás
se callen; destacan opiniones de los dirigentes de la derecha como
verdades absolutas y llegan hasta a autosuprimirse sus propias noticias
para no cumplir con las leyes, ante el hecho de que ya el Estado
venezolano no allana ni envía censores a tachar las informaciones, y
decidir cuál se publica o no, como se hacía en la Cuarta República (caso
emblemático, el censor adeco, Pablo Alcántara, instalado por varios
días en la sala de redacción del diario El Nacional, designado por el
ministro del Interior, Luis Piñerúa, en el gobierno de CAP) :


La
gran mayoría de los periódicos privados, con muy contadas excepciones,
se han convertido en papeles sin valor, y desde 1999 hasta la fecha
están acumulándose en una hemeroteca falsificada, que no vale nada como
documento periodístico referencial de la historia, aunque sí como prueba
o cuerpo del delito comunicacional que están perpetrando con toda
intención.
Y es así como las grandes
corporaciones privadas en Venezuela, en su mayoría, que manipulan
abiertamente y sin tapujos el periodismo y a los periodistas para
falsificar la realidad, están imprimiendo y acumulando desde hace más de
una década, una lamentable Hemeroteca de la Vergüenza.
Fuentes consultadas:
Archivos Página Web VTV