Este sábado y domingo 5 y 6 de noviembre comienza el registro del Gran Polo Patriótico en los estados: Aragua, Carabobo, Lara, Yaracuy, Falcón y Zulia.
Asiste Puntos de Registro en el Estado Carabobo:
Plaza Bolívar de Valencia, Plaza Bolívar de Morón, Plaza Bolívar de Puerto Cabello y Plaza Bolívar de Guacara. Asiste a inscribir tu Movimiento, Organizacion o Frente Social, Cultural, Deportivo, Político, Campesino u otro.
I. ¿POR QUÉ EL GRAN POLO PATRIÓTICO?
Cada cierto tiempo, el pueblo se hace preguntas fundamentales que
tienen que ver con sus modos permanentes de luchar para asumir de
manera directa las riendas de su destino, de ejercer por completo su
soberanía. Cuando los pueblos se plantean Revoluciones, cambios
radicales, no reformas, se suscitan preguntas que remiten a horizontes
hechos de pensamientos, sentimientos y prácticas que producen comunión:
¿Cuál era y cuál es ese imaginario común que nos convoca a todos a
sumarnos a esta Revolución que ahora llamamos Bolivariana y Socialista?
Hoy, esta pregunta retorna como signo de la visibilización de la crisis
orgánica e histórica que nuestro tiempo vive y de la cual somos
protagonistas como motores de cambio, en tanto es una crisis que ya no
nos deja opciones: revolución auténtica o regresión histórica.
Disyuntiva crítica que nos obliga a recordarnos como un pueblo
productor de corrientes históricas de lucha popular, que iniciaron
antes y con la resistencia a la colonización, y continuaron genuinas y
en incremento aguerrido hasta hoy.
Estas Corrientes que en nuestra historia reciente expresaron la
radicalidad por la que apuesta el pueblo en movilizaciones como las del
27 de Febrero de 1989, el 04 de Febrero de 1992, 27 de Noviembre de
1992 o el 13 de abril de 2002, afirman que no se aceptan regresiones,
que no hay pueblo vencido.
12 años después de la toma del poder del Estado, el pueblo, hecho
Revolución Bolivariana, accionó estrategias concretas de
democratización del poder que comenzaron con el Proceso Constituyente
de 1999. Desde ese primera convocatoria a construir una nueva
Constitución, que se concibió como una carta de principios socialmente
consensuados que ejercerían rectoría sobre un programa de gobierno de
reconstrucción del país, progresivamente se han conquistado mayores
espacios de participación popular que apuntan hacia la destrucción del
Estado burgués y hacia la dirección colectiva y autónoma de los asuntos
públicos, sin embargo, a medida que este proceso avanza, se hacen más
urgentes, exigentes y radicales las demandas populares de
democratización del poder. Demandas claramente dispuestas a renunciar a
la transición como un escenario permanente y fuertemente decididas a
pelear de una vez por todas por el Socialismo Indoafroamericano de este
tiempo histórico.
Si bien es cierto que la Revolución Bolivariana al apropiarse del
Estado, accionó transformaciones que aportaron justicia a la vida de
los miles explotados y oprimidos de este país, frenando la economía de
libre mercado, recuperando sus minerales, restituyendo derechos
fundamentales como educación y salud, y haciendo grandes esfuerzos por
redistribuir la riqueza pública, colonizada durante años por reducidas
élites; también es cierto que este proceso desembocó en el
robustecimiento de las estructuras de dominación que reproduce el
Estado burgués, cuyas lógicas desaceleraron las posibilidades reales
del crecimiento político del pueblo y sus conquistas de soberanía.
Ocupada en administrar “eficientemente” las formas de vida social y
material que mantiene un Estado que estructuralmente sirve a las
burguesías, la Revolución Bolivariana se desdobló entre quienes optaron
por la gestión eficiente de las “necesidades” del pueblo abandonando la
política, y quienes se afanaron por resistir los embates de un Estado
soberbio y ensimismado, apostando con todo por re-politizar el concepto
que a todos nos hace comunes y nos da condición para alcanzar
transformaciones reales sobre los órdenes históricos de dominación
mundial: el Poder Popular.
Este Estado soberbio minó de males la Revolución Bolivariana
distanciándola del pueblo, volviéndola vulnerable y colocando en
cuestión al Poder Popular con prácticas como el burocratismo, el
sectarismo, la corrupción y el clientelismo como manera sistemática de
cooptación de las fuerzas organizadas del pueblo. Estas prácticas han
sometido a la Revolución a una encrucijada.
Ante tal encrucijada, emerge el Gran Polo Patriótico como un nuevo
episodio constituyente, como una estrategia política audaz que se
plantea hacernos encontrar de nuevo como revolucionarios, como pueblo
uno que clama política soberana, deslastrada de todo vestigio de
obediencia a modelos técnicos de gestión de poblaciones y recursos. Y
decidida a terminar de producir una nueva hegemonía, una nueva
república y un nuevo mundo.
En este sentido, el Gran Polo Patriótico, se levanta como unidad
revolucionaria, como soporte ampliado de la Revolución Bolivariana,
como posibilidad para restituir las capacidades auto-organizativas del
pueblo, como mecanismo de renovación revolucionaria, en fin, como
voluntad de poder emancipada.
II. NUESTRAS LUCHAS
El Gran Polo Patriótico se levanta desde las luchas de pueblo mismo. Es
el resultado histórico del andar de indígenas, campesinos, pobladores,
estudiantes, obreros, mineros, pescadores, profesionales, deportistas,
artistas, cultores, buhoneros, motorizados, niñas y niños, hombres y
mujeres de a pie, feministas, personas sexo-género-diversas y personas
con discapacidad, que trabajamos a lo largo y ancho del territorio
nacional en busca de otra práctica política, que nos recuerde que
fuimos, somos y seremos por siempre las comunidades que recogemos y
empuñamos la lanza originaria de Guaicaipuro, el grito cimarrón de José
Leonardo, las andanzas de las montoneras Bolivarianas y Zamoranas, la
palabra y sangre viva de nuestro Jesús Cristo Insurrecto, el fusil
continental del Che Guevara y los sueños libertarios de los pueblos del
mundo.
Reconociendo estas corrientes históricas de lucha, somos los que
construimos día a día desde nuestros entornos inmediatos, una nueva
sociedad, somos los que producimos desde nuestros propios saberes y
prácticas el Socialismo Indoafroamericano o Socialismo del Siglo XXI o
el Socialismo del Siglo XXI. Desde estas prácticas nos planteamos:
Una lucha antiimperialista y por tanto anticapitalista, y
anti-patriarcal. Nuestra lucha es contra cualquier forma de explotación
de la mujer, el hombre y la naturaleza en función de la ganancia de una
elite determinada. Pugna por un nuevo período histórico destinado a
liberarnos de las trabas fundamentales de nuestra historia: el
colonialismo interno saboteador de todo proyecto firme de soberanía
nacional y continental, un modelo de desarrollo totalmente
empobrecedor, desigual y obediente a los códigos del orden imperial y
la civilización capitalista; una burocracia cortesana, cada vez más
corrupta; una burguesía parasitaria y fracasada en todo proyecto de
desarrollo de las fuerzas productivas nacionales; un estado represivo y
excluyente por naturaleza, un forzado desplazamiento y una violencia
permanente frente a las poblaciones empobrecidas y arrinconadas de las
periferias marginales de las grandes ciudades; una imposición
permanente de una cultura de sumisión atada a los valores más
decadentes del consumismo y el individualismo, que perpetúa un sistema
patriarcal que reproduce las primarias formas de presión humana, la que
ocurre entre los sexos; una verdadera catástrofe ambiental en múltiples
territorios del país y el mundo. En fin, una era signada por la
liberación plena ante ese orden sumiso, dependiente, colonial e
improductivo que nos impuso el devenir histórico prácticamente desde
nuestro nacimiento “occidentalizado” primero como colonia y después
como república. Este nuevo período histórico lo nombramos y ejercemos
como Socialismo Indoafroamericano o Socialismo del Siglo XXI.
Una lucha por nuestras corrientes originarias de resistencia.
Reivindica y potencia nuestras corrientes históricas de lucha
originaria, reconociendo los aportes morales, éticos, intelectuales y
políticos de nuestros pueblos originarios indígenas y
afrodescendientes, y reconociendo especificidades y cosmogonías
propias. Desde allí, lucha contra toda forma de colonialismo y
neocolonialismo, asumiendo la lucha contra el racismo y la
discriminación como condición política indispensable para la
construcción de una sociedad de iguales.
Una lucha por una cultura política socialista desde abajo. Apostamos
por un tiempo histórico de ruptura, generador de un nuevo espacio
“creativo-político” para un quehacer revolucionario renovado. Esto
supone invertir la dirección estatizante y vanguardista heredada de las
revoluciones desmoronadas en el siglo XX, por un esquema centrado en la
radicalización cada vez más profunda de toda forma de participación y
de democracia absoluta conducente a la destrucción del orden de
desigualdad, falsa democracia, dependencia y violencia que heredamos.
El motor histórico de este tiempo se concreta en el pueblo en lucha, en
movilización, actuando como fuerza popular constituyente en un proceso
complejo y pacífico, hasta donde la violencia enemiga lo permita.
Una nueva práctica política que implica niveles de dirección diversos y
articulados desde distintos planos, empezando por el liderazgo de Hugo
Chávez como primer elemento nacional de conducción, pero complementado
por unidades de dirección de base que forjándose en múltiples
escenarios sociales, territoriales, productivos e institucionales
(Fuerza Armada, salud, educación, cultura), constituyan en su conjunto
un Poder Popular Autónomo, un bloque histórico, un sujeto
revolucionario diverso y a la vez unificado en un programa común. Es
una clase trabajadora luchadora, rica en identidades y producción
propia que forja en su desarrollo una auténtica vanguardia colectiva
que no acepta división entre dirigentes y dirigidos, donde tod@s nos
asumimos como “iguales” y practicantes de una nueva cultura política,
otras lógicas de relación y construcción que pelee con fuerza por la
erradicación del viejo estado burocrático, dependiente y burgués.
El ejercicio de esta nueva cultura política, implica:
Desechar todo sectarismo y reivindicar la unidad en la diversidad. Como
espacio de unificación revolucionaria, convoca e incorpora a todas las
expresiones de clases y sectores revolucionarios y patrióticos. Aún
cuando reconocemos conflictos, se niega a toda maniobra de
homogeneización de las luchas, y apuesta por la re-creación y encuentro
solidario de la multiplicidad revolucionaria, así como por la conquista
de lo heterogéneo como potencia de las luchas populares. En este
sentido, reconoce y asume la diversidad cultural, como elemento
esencial en la construcción del Socialismo Indoafroamericano o
Socialismo del Siglo XXI
Reivindicar el carácter asambleario de todo poder constituyente.
Potencia la cultura del debate, como práctica de horizontalidad que
concreta condiciones de igualdad en la discusión, creación,
movilización y organización, imposibilitando mecanismos arbitrarios e
injustos de toma de decisiones y radicalizando la participación.
También, potencia el cultura del debate como espacio natural de
formación, de socialización de conocimiento y democratización del saber.
Promover la democracia de la calle. Reconoce la acción política
directa, la experiencia transformadora concreta junto a sujetos y
contextos reales, que irrumpen, sorprenden y mortifican a las
estructuras permanentes de dominación. Así, toma la movilización como
principio.
Un lucha por un nuevo modelo socialista de producción de la vida. Busca
la entrada de un cuadro de desarrollo propio que al alejarse de los
modelos de desarrollo capitalista y de mercado, nos acerque a un campo
solidario de construcción de otra educación, otra economía, otra salud,
otra cuidad, otra tierra y otro mar, otra comunidad, otra industria y
otros modelos de vida común centrados en las verdaderas necesidades y
posibilidades del ser humano. El avance de nuestra vida común surge,
nace y se crea desde nuestros espacios territoriales porque es de donde
hacemos poder y desde donde construimos lo común, desde el espacio
integral de la comunidad estamos tod@s (pobladores, deportistas,
comunicadores populares, consejos comunales, cultores, artistas , y
todas las formas de organización que nos demos).
Una lucha continental e internacionalista. Seduce con nuestros
“imposibles soñados” a todos los pueblos deseantes de su emancipación,
a quiénes sentimos parte de nuestro propio espacio patrio. Bajo el
principio “nunca solos”, concebimos la gran dirección colectiva de la
revolución no sólo en nuestro país, sino en todo el continente
Latinoamericano y Caribeño. Desde allí, juntos, reinventamos el
Socialismo Indoafroamericano o Socialismo del Siglo XXI, como un nuevo
cuadro hegemónico que produce avances revolucionarios en otros países
NuestroAmericanos, y genera puntos de partida de un polo internacional
con fuerza y soberanía suficiente como para intervenir sobre el futuro
del mundo y plantear una alternativa verdadera y antisistémica frente
al capitalismo global. Siendo este el “imposible-posible” más atrevido
y difícil ante un orden imperial cada vez más violento y guerrerista
esto supone un cuadro estratégico de formación de bloques y alianzas
continentales e internacionales hábiles y vigorosas a nivel de
gobierno, un manejo realmente inteligente y soberano de nuestras
fortalezas energéticas y minerales, además de una nutrida iniciativa
forjada desde los propios movimientos socio-políticos que constituyen
en estos momentos los espacios más importantes de organización, lucha y
desarrollo de las nuevas “repúblicas autogobernantes” en formación.
III. OBJETIVOS ESTRATÉGICOS DEL GRAN POLO PATRIÓTICO
Construir y posicionar la hegemonía popular revolucionaria, “otra
manera de producir la vida material y espiritual de la gente”, como
herramienta política fundamental para la restitución al pueblo del
poder político y posibilitar la consolidación del poder popular.
Consolidar la unidad popular, en el marco del fortalecimiento de la
organización popular y de sus procesos de articulación en luchas
concretas.
Desarrollar procesos de formación integral política e ideológica que se
fundamenten en la acción y lucha permanente como escenario radical para
la politización y elevación de los niveles de conciencia del pueblo.
Construir, promover y desarrollar una enorme vanguardia colectiva, que
mande obedeciendo a la gente sencilla y común del pueblo (obreros,
trabajadores, indígenas, mujeres, campesinos, estudiantes, jóvenes,
afrodescendientes, personas sexo-género-diversas).
Radicalizar la participación protagónica del pueblo en la toma de
decisiones en la construcción y dirección de políticas amplias en todos
los sectores de la vida de la patria.
Desarrollar formas efectivas y eficaces de control, seguimiento y
evaluación de las funciones de gobierno y en la empresa privada por
parte del Poder Popular, que ejerzan una contraloría real con
implicaciones directas en la gestión gubernamental y ante las leyes de
la república.
Promover, debatir y producir un Programa Popular de Lucha o Programa
Popular de Gobierno, a partir de un debate constituyente que, desde
otra política, nos permita gobernar “desde abajo” sobre nuestras
tierras, mares y sub-subsuelo (petróleo y minerales), nuestra
industrias, tecnologías y modelos de desarrollo; nuestra educación,
salud, cultura, hábitat y justicia; sobre la defensa integral del
territorio y nuestro poder comunicacional; sobre nuestra relación
continental y con otros pueblos del mundo, y sobre nuestra
institucionalidad y su revolución moral, haciendo especial énfasis en
la relación con nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Construir un mecanismo vinculante del Programa Popular de Lucha o
Programa Popular de Gobierno entre el Gran Polo Patriótico y el
compañero presidente Hugo Chávez, como insumo central de la Agenda
Socialista a partir del triunfo electoral del año 2012.
Promover y garantizar la movilización, agitación y lucha permanente del
pueblo en la calle, desde un espacio realmente amplio, comunicante,
asambleario, auto-organizante, que sirva para el debate y la
articulación del pueblo excluido, oprimido y explotado como fundamento
de los modos de vida socialista.
Objetivo Táctico:
Garantizar la continuidad de la Revolución Bolivariana como
horizonte común de transformación social, a través de una movilización
social y política que permita ganar las elecciones presidenciales del
año 2012 con nuestro candidato y líder Hugo Chávez Frías, así como la
restitución de la capacidad autorganizativa del pueblo, en el marco de
una evaluación crítica y sincera sobre nuestras realidades, que
posicione el Programa Popular de Lucha, y sirva de referencia
revolucionaria para el país y el mundo.
IV. LA AGENDA DEL PUEBLO
Concreta el Programa Popular de Lucha y supone un proceso de
reunificación de las fuerzas revolucionarias y libertarias, que
cualifique las fuerzas de base y renueve las condiciones de apoyo a un
liderazgo orgánico que constituya un instrumento real para cumplir con
las metas emancipadoras de un pueblo, como un conductor en obediencia a
ellas. Esto al mismo tiempo le permitirá "Gran Polo Patriótico"
convertirse en una verdadera vanguardia colectiva con principios y
metas en un permanente debate que trascienda la circunstancia
electoral.
La agenda del pueblo debe tener un perfil y propuesta propia, que surge
como una obra de creación y libertad pura donde no valen las
predefiniciones de oficina sino las prácticas reales que recogemos de
nuestras experiencias concretas, múltiples, directas y pedagógicas, que
defenderemos en todos los terrenos y con la vida misma. En este
sentido, la Agenda del Pueblo se entiende como una reinvención del
Socialismo Indoafroamericano o Socialismo del Siglo XXI, que producirá
un nuevo cuadro hegemónico, que con el avance del proceso
revolucionario en otros países NuestroAmericanos, pueda generar los
puntos de partida de un polo internacional, con fuerza y soberanía
suficiente como para intervenir sobre el futuro del mundo y plantear
una alternativa verdadera y anti-sistémica frente a la crisis
inmanejable del capitalismo global.
V. PRECAUCIONES
Este documento es provisional, básico, perentorio, está abierto al
debate y espera ser modificado en este contexto. Queremos que sea un
aporte al debate de todos los movimientos y organizaciones sociales que
se hayan registrado a nivel nacional. Queremos que la esperanza y la
alegría sean retomadas por nuestro pueblo desde una construcción
colectiva donde todos y todas podamos aportar nuestras mejores ideas y
argumentos. Se plantea por supuesto una inmensa victoria electoral pero
protagonizada por un espacio colectivo de dirección que ha favorecido
la refundación en primer lugar de lo que es propiamente un movimiento
popular verdaderamente de lucha, constituyente de todas las esferas
necesarias de poder que pongan contra la pared a este viejo estado y
por supuesto a los intereses y poderes propios de las clases
dominantes. Y en segundo lugar que sirva para la generación de un
debate, como ya hemos propuesto en los objetivos expuestos, que
re-establecería las razones de fondo, programáticas en sí, de nuestro
apoyo al Comandante Chávez.
El pueblo siempre ha estado organizado, sin organización social no
hubiéramos podido sobrevivir. Reafirmamos los principios de que es el
propio pueblo y los trabajadores los que en uso de sus poderes
creadores, deben ir resolviendo por sí mismos el asunto de la
organización política y de la construcción de las vanguardias
colectivas, que nos negamos a construir una organización que viva hacia
adentro y que se asuma como el centro de la práctica política y que
seguiremos combatiendo la intermediación burocrática y la
jerarquización del saber. Debemos convertirnos en un reflejo práctico
de los cambios que proponemos.
Daimer A. Ostos M
Coordinador Eje Punto Registro Guacara
Gran Polo Patriótico
Ministerio del Poder Popular para la
Ciencia y Tecnología e Industrias Intermedias
Consejo Comunal Las Vegas II
"Haciendo Historia"